Después de realizar el análisis ambiental, todas las empresas necesitan desarrollar e implementar estrategias para lograr sus objetivos y ser competitivas en sus mercados. Dos enfoques utilizados para este propósito son las estrategias corporativas y las estrategias competitivas. Estas estrategias difieren entre sí, sin embargo, deben diseñarse de manera integrada para mejorar el desempeño y hacer que las empresas sean rentables. En el presente artículo buscamos contribuir a aclarar la diferencia entre estos dos enfoques.

Primero, recordemos el concepto de estrategia. La estrategia puede entenderse como un conjunto de líneas de acción de una empresa para crear y capturar valor en un mercado determinado.

Para lograr este objetivo, una empresa, especialmente una grande, necesita desarrollar estrategias corporativas que integren estrategias competitivas.

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La estrategia corporativa es naturalmente más integral. La visión más consagrada en la literatura es que mejorar las estrategias competitivas de las unidades de negocio es la esencia de la estrategia corporativa. La estrategia corporativa y sus responsables deben estar enfocadas, entre otras cosas, a identificar y capturar sinergias entre las unidades. Por tanto, en este sentido, las estrategias corporativas complementan las estrategias competitivas.

La estrategia corporativa es el nivel de estrategia que se ocupa principalmente de la incertidumbre y, por lo tanto, se ocupa de la empresa de manera integral, donde se toman decisiones sobre el crecimiento general y la dirección que debe tomar una empresa. Podría decirse que la estrategia corporativa es el nivel más completo de estrategia dentro de una estrategia corporativa.

De esta forma, la estrategia corporativa se percibe no sólo como un complemento de la estrategia competitiva. Así, una estrategia corporativa consta de dos dimensiones: (i) capturar sinergias entre unidades; y (ii) cómo la empresa identifica y gestiona la incertidumbre inherente a la estrategia.

Una estrategia corporativa se ocupa de la diversificación, la expansión/expansión, la reducción, las fusiones y adquisiciones y las desinversiones.

La estrategia competitiva, también conocida como estrategia empresarial, por su parte, se despliega a partir de la estrategia corporativa. Es un plan desarrollado por una empresa para lograr una ventaja competitiva sobre los principales competidores en un negocio determinado. Esta estrategia se desarrolla identificando las oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades de la empresa para compararlas con las de la competencia.

Desarrollar una estrategia competitiva es más relevante cuando la empresa está inserta en un mercado competitivo donde varios productos/servicios similares están disponibles para los clientes. Esta estrategia ayuda a la empresa a desarrollar una posición sostenible en el sector en el que opera, además de proporcionar un retorno de la inversión superior.

Una estrategia competitiva se refiere a la investigación, planificación y desarrollo de iniciativas por parte de una empresa para aumentar su participación en el mercado y superar a la competencia.

Las estrategias competitivas se enfocan en cómo competirá la unidad de negocios y generalmente involucran estrategias, como nos enseña Porter, de liderazgo en costos, enfoque en costos, liderazgo en diferenciación y enfoque en diferenciación.

En resumen, se puede decir que la estrategia corporativa aborda dos cuestiones distintas e igualmente relevantes: en qué negocios debe actuar la corporación y cómo los ejecutivos deben gestionar las distintas unidades de negocio. La estrategia competitiva se refiere a cómo desarrollar una ventaja competitiva en cada uno de los negocios en los que compite la empresa. La estrategia corporativa es a más largo plazo. Se centra en el valor para los accionistas y la sostenibilidad, dónde competir, diversificación, fusiones y adquisiciones. Involucra a la Junta Directiva y al Gerente General. La estrategia competitiva es a corto plazo. Se centra en la ventaja competitiva, la cuota de mercado y cómo competir. Involucra a los líderes de las unidades de negocio, a los jefes de división y de departamento.